Querido diario:

Hoy he llamado al hospital porque me extrañaba que aún no me hubiera llegado la fecha de la prueba de los riñones que me habían pedido.

Mira que me gusta poco hablar por teléfono y menos ahora que me entero de la mitad, pues he tenido que hablar con 5 personas.

Resulta que la solicitud de la prueba se había quedado en «un limbo administrativo», pero “ya está solucionado”. Me río por no llorar. ¿No se dan cuenta de que ese limbo me ha costado un mes de vida? ¿Habrá alguien a quien le importe mi vida?

Estoy harto de los limbos administrativos, hasta las narices. Espero que sea cosa de mala suerte y que solo me pase a mí, porque si no, no entiendo cómo sigue funcionando el hospital.

Es que no me fastidies, hacen mal una prueba (pero tampoco la repiten), se pierde el expediente, te dan fecha para una prueba más tarde de la que se pretende poder evitar con la primera, o alguien se ha equivocado con el contraste, o… patatas. ¡Joder, todo el mundo se equivoca, es comprensible, pero siempre echan la culpa al paciente! Supongo que tengan miedo y se quieran cubrir las espaldas, pero no debería ser así porque entonces no hay modo de mejorar.

Es muy divertido cuando vas donde un médico y tienes que decirle tú lo que te ha dicho el otro porque parece que no tienen forma de comunicarse estando en el mismo edificio, y se enfada con el otro médico pero te riñe a ti. En fin…

Autor: Javi López G.

Arquitecto/desarrollador, creativo, buscador de nuevas soluciones y modelos de negocio, crítico constructivo y ex muchas cosas