Querido diario:

Hoy he pedido que me deriven a psiquiatría. Juraría que no es ni la primera ni la segunda vez que lo hago, pero quién sabe.

Por desgracia, he visto en otras personas lo que es la ansiedad, y me veo reflejado en ellas. No me soporto ni yo mismo, por momentos no puedo ni respirar, es horrible.

Me da bastante aprensión, pero realmente creo que necesito ayuda. Todos los días me pregunto si puedo soportar estar así durante más tiempo y si realmente quiero hacerlo. Enfrentarse a ese pensamiento constantemente es muy duro.

En su momento, ya pedí ver a un psicólogo que, tras un par de sesiones, me dijo literalmente que como no tenía un diagnóstico, no podía ayudarme en nada, que mi problema era claramente físico. Ya sé que mi problema es físico, ¡nos ha jodido!, y tal vez si tuviera un diagnóstico, no necesitaría esa ayuda porque al menos sabría a qué atenerme o si hay un camino que poder seguir.

Es demasiado tiempo para estar enfermo sin saber qué está pasando.

Lo más sorprendente es que luego descubrí que en el informe de alta había escrito «de acuerdo con el paciente, no requiere mi atención». ¡Olé tus huevos! De verdad, si no hubiera sido una consulta telefónica y mi antiguo teléfono grabara las llamadas por defecto (¡qué gran función perdí cuando se rompió!), habría pensado que estaba volviéndome loco. Afortunadamente, pude revisar la llamada y, efectivamente, decía lo que yo creía.

Pero bueno, parece que es muy común que los médicos escriban cosas que no coinciden con lo que te dicen. No es la primera vez que me encuentro con eso, ni esta es en la única especialidad. Ya se sabe, hay que seguir el protocolo y, sobre todo, cubrirse las espaldas, no vaya a ser que por casualidad ayudes al paciente haciendo algo que no esté pautado. En fin…

Autor: Javi López G.

Arquitecto/desarrollador, creativo, buscador de nuevas soluciones y modelos de negocio, crítico constructivo y ex muchas cosas