Querido diario:
He estado whatsappeando con Fernando, el de Madrid. Le despidieron del curro cuando les tocaba hacerle fijo, menuda angustia de país. En otros tiempos eso se habría convertido en una huelga de toda la empresa, pero la empresa no deja de ser una subcontrata de una subcontrata de una gran empresa. Si esa sub-subcontrata se para la sustituyen por otra y tan tranquilos.
Me recuerda cuando trabajando en un banco, yo, un mindundi pero sin pelos en la lengua, le tenía que explicar al CTO de USA con qué empresa debía firmar un contrato y por qué, sin él “atreverse”. Eso sí, yo no era el CTO y por mi trabajo cobraban 5 empresas entre medias. En fin…
Mira que intento mantenerme ajeno a la actualidad, que bastante tengo yo con lo mío, pero hay cosas que me pueden. El liberalismo económico, el sálvese quien pueda… El dejar de saludar al entrar en un sitio o en el portal como síntoma de indiferencia. El que no te preocupes de los que te rodean y el intentar ganar pisando a quien sea… menudo mundo. Así unos mueren en el agua huyendo de desiertos mientras otros viajan en jet a pasar un rato en sus yates provocando esos desiertos.
Pero tema aparte, que me caliento y no viene a cuento. El tema es que Fernando quería llevarse unos días de vacaciones a su hija, había pensado en irse a Portugal por lo económico. Le he dicho que mi piso estaba vacío porque llevo una temporada (mucho más larga de lo que me gustaría) en casa de mis padres porque no estoy para valerme por mí mismo, así que le he dicho que se venga para el norte y que no se atreva a insultarme diciendome dos veces lo de pagarme algo por la estancia.
Así que estoy contento, podré tachar a Patricia de la lista de “sobrinos” pendientes de conocer, porque nació más o menos cuando enfermé, y aunque ya sea enorme y tan charlatana como su padre, mejor tarde que nunca.