Querido diario:

Estoy muy preocupado por Susana. Su situación es muy mala, y además de su salud mental que está regulera como es normal en alguien que haya pasado por lo mismo que ella, su único objetivo real es cuidar de su padre que está muy, muy enfermo.

Ya no es sólo la cosa de que no esté tomando la medicación y de que por mucho que yo le insista no es capaz de dar el paso para que le pongan un nuevo tratamiento, es que me da miedo que un día le sobrepase todo.

Y mientras su padre esté ahí, ni tan mal, pero me preocupa lo que pase cuando falte. El otro día me dijo que no me tenía que preocupar de ello, que ese día tiene muy claro lo que va a pasar “¡y que le den por culo al resto de mi familia, que vivan con ello!”

En cierto modo lo entiendo pero, joder, no quiero que pase eso y la verdad es que no sé cómo ayudarla.

He estado hablando con uno de mis médicos sobre el tema sin dar nombres y me ha dicho que sin ser parte de la familia es muy difícil pedirle una consulta para que le pongan de nuevo un tratamiento y sin que se monte la marimorena.

Tampoco puedo llamar al 112 para que se la lleven unas semanas al hospital hasta que se estabilice, porque le da algo a ella y a su padre que no tendría quien le cuidase.

A veces hay cosas en las que sólo puede ayudarse uno mismo, y depende del bagaje que lleves a las espaldas y las experiencias que hayas vivido, puede que sea muy difícil, prácticamente imposible que te autoayudes.

Estoy muy preocupado por Susana y no sé cómo ayudarla. Tal vez le tenga que dejar leerte, diario, a ver si compartiendo mierda saca un poquito más de fuerza.

Autor: Javi López G.

Arquitecto/desarrollador, creativo, buscador de nuevas soluciones y modelos de negocio, crítico constructivo y ex muchas cosas