Economía colaborativa fácil fácil

En ocasiones, es  necesario agarrarse fuertemente a las definiciones para que no nos engañen o para no llegar a error. Una de esas ocasiones es la de la «economía colaborativa«, a la que muchas empresas se apuntan para que les dejen hacer lo que les da la gana y la gente les defienda. Estamos viendo constantemente como tenemos noticias sobre estos temas con conflictos en Uber, Deliveroo o Airbnb por ejemplo. Veamos ¿qué es esto de la «economía colaborativa«?

Para empezar, podríamos fijarnos en el término en inglés, que no es «Collaborative Economy» como a  simple vista podría parecer (ni «Collaborative Consumption«, si no que es «Sharing Economy«. «Economía del compartir» no queda muy bien, y por ese u otros motivos aquí se adoptó «economía colaborativa«.

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La economía colaborativa, es el consumo p2p de una comunidad facilitado por herramientas online. ¿Lo qué? En cristiano: es el consumo de bienes o servicios en un mercado en el que todos son iguales, tanto vendedores como consumidores (los cuales pueden intercambiar sus roles indistintamente), y que es posible coordinarlo gracias a la aparición de paginas y aplicaciones que haciendo uso de Internet facilitan las transacciones.

Podría verse en cierto modo en un comunismo moderno, en el que todos cooperan para que todos estén mejor.

Compañías de este tipo pueden ser Uber, Airbnb, Deliveroo, o Blablacar por poner un ejemplo. Aunque son muchas las que se apuntan a la moda de la economía colaborativa, que queda bien y vende.

Ahora bien ¿son estas compañías realmente de economía colaborativa? Al menos con el modelo con el que están en España, ninguna de estas lo es del todo.

Si yo voy a hacer un trayecto, ya sea para ir a Sevilla o tres barrios más allá, y llevo a alguna persona para compartir gastos, eso es economía colaborativa. Si yo me hago todos los días 4 veces el trayecto Valencia-Elche porque sé que hay mucha gente que lo hace y no hay trenes o son muy caros, y me reporta tantos beneficios que se convierte en mi trabajo, eso no es economía colaborativa y además estoy incumpliendo las leyes. Si monto una flota de coches para transportar gente regularmente, eso no es economía colaborativa.

Si me voy a ir un par de semanas de vacaciones y aprovecho para dejarle mi casa a alguien que se quiere venir a mi pueblo de vacaciones, eso es economía colaborativa. Si tengo 5 pisos que dedico exclusivamente a alquilar por semanas o fines de semana al mejor postor, eso no es economía colaborativa y si no declaro esos ingresos , eso no es economía colaborativa y además estoy defraudando.

Si aprovecho que voy a hacer la compra, para hacerle los recados a la señora del tercero y al moderno de arriba, eso es economía colaborativa. Tener un equipo de jóvenes bicicleteros de un lado a otro por tres euros la hora haciendo los recados a la gente, no es economía colaborativa y no es legal.

En general, suelen ser empresas que cubren servicios muy útiles que antes no estaban cubiertos, y desde luego creo que es necesario un modo de ir de Badajoz a Córdoba sin tener que pasar por Madrid por ejemplo, pero cuando nos intenten vender una moto o defender una postura en un conflicto esgrimiendo un estandarte como este, deberíamos de saber realmente de que estamos hablando.

Hay muchas otras empresas en muchos otros ámbitos, y siempre podremos hacernos la misma pregunta y estudiar su modelo para ver si de verdad se pueden incluir o no dentro de este paraguas de la cool economía colaborativa. Sin embargo auguro, que salvo casos claros de que no como son Uber (aquí en España) o Deliveroo, en la mayoría nos encontraremos con que, aunque sí lo sean, alguno de los miembros de la comunidad se ha «profesionalizado» haciendo que las transacciones pasen de ser de economía colaborativa a economía sumergida.