¿Con quien compites a la hora de contratar personal técnico?

Hoy en día, por suerte para los técnicos y por desgracia para las empresas, hay más puestos a cubrir que personal cualificado para cubrirlos. Hay mucha competencia, pero ¿quienes son? ¿Quienes entorpeceran tu camino cuando te propongas contratar personal técnico?

Las empresas contratando son muchas, bien, pero no son todas iguales.

Están las grandes que se pueden permitir pagar bien y colocar a la gente en proyectos grandes, que sólo se pueden hacer en empresas de ese estilo. Como contrapartida, les suele dar igual que a quien coloquen sea Juan o Pepe, y lo mismo el personal hoy ha caído en un proyecto chulo y pasado mañana está en un bodrio.

Están las PYMEs que no suelen pagar tan bien, y donde a lo mejor los trabajadores acaban teniendo que hacer alguna ñapa. A diferencia de las grandes, aquí es posible que (para bien y para mal) les importe bastante que el trabajador sea Juan o Pepe.

En un punto intermedio están las startups, donde el personal técnico empieza en una situación similar a la de las PYMEs aspirando llegar a un punto como el de las grandes empresas en dónde sí importe que sean Juan y no Pepe, asumiendo un riesgo bastante alto por su parte, de no llegar nunca ahí.

Cuando vas a contratar personal técnico, por tanto, no basta con que pienses lo que ofrece tu amigo con el que alternas que tiene una empresa similar a la tuya. Tienes que ver que le ofrece todo el mercado a ese tipo de perfil, pues con todo el mercado estás compitiendo.

Y siendo la competencia tan grande ¿qué podemos hacer?

En primer lugar, es muy importante determinar bien tus necesidades para tener claro el perfil que necesitas y no querer algo que no puedas afrontar. Está claro que no vas a contratar a un maestro cantero para poner ladrillos. Y desde luego no vas a contratar a un experto en los nuevos ladrillos de plástico forjado (del que sólo saben cuatro en España) si te vale con poner ladrillo rojo del de toda la vida ¿verdad? Vale que muchas veces, las empresas no saben si sólo se va a tratar de poner ladrillos o algo más, pero para eso hay que analizar la situación y tener un poco claro qué es lo que viene y ante la duda hacer las cosas lo menos sobredimensionadas posibles.

Por otro lado, es importante saber en qué grupo estás. No hay que competir en cosas en las que sabes que no puedes ganar. Por ejemplo, si sólo puedes pagar 10 asume que no vas a poder contratar a la gente que quiere 20 y piensa que les podrías ofrecer como incentivo a los que se podrían conformar con 10 porque no miran sólo la pasta.

Por último, y esto es algo que he observado repetidas veces, hay que conservar a cada uno de los que consigas contratar. Vale que hayas llegado hasta este punto montando un gran equipo de márketing (o de producción, o de lo que quiera que se nutra tu empresa) sin esfuerzo, porque es un sector en el que no hay tanta competencia. Vale (aunque me parezca muy mal) que hayas tenido a personal cualificado haciendo trabajo vital para la empresa contratándolo como becarios. En el momento que quieres meter la cabeza en tecnología, tienes que asumir que se acabó. Tendrás que explicar a tu equipo de marketing (o producción o whatever) que la nueva gente es distinta (o que a ellos los has estado explotando durante años). Tendrás que asumir que si necesitas un senior para contratarlo tendrás que tratarlo como tal, y que en cuanto le trates como tratas (de mal, normalmente) al resto de tu personal, lo más probable es que te diga adios y nunca vuelva la vista atrás.

Cómo contratar personal técnico en el mercado actual

Como sabéis, uno de los servicios que ofrezco es el de ayudar a contratar personal técnico: desarrolladores, arquitectos de software, analistas, data scientists, UX, DevOps, etc. Os voy a contar el porqué de mi éxito con algunos clientes con los que las más populares empresas de recruitment fallaron estrepitosamente.

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Hoy en día, los que tenemos perfil tecnológico, recibimos ofertas de manera constante y llega un momento en el que el volumen de estas y lo mal planteadas que suelen estar, provocan el que dejemos de tener ganas de atenderlas.

Dada mi experiencia, tanto participando en procesos de selección como llevándolos a cabo, creo que puedo dilucidar algunas de las claves de porque pasa esto y cómo yo lo contrarresto.

La mayoría de los reclutadores no hablan el mismo idioma que los candidatos.

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En la mayoría de los casos que he visto los reclutadores son psicólogos, abogados, administrativos, gente de ADE, etc. Estos, como es natural, no suelen tener demasiados conocimientos tecnológicos (aunque me he encontrado muy gratas excepciones, he de decir). En muchas ocasiones su carencia de conocimientos es tan llamativa que les lleva a situaciones ridículas, como por ejemplo preguntarte por abreviaturas que no tienes en tu curriculum vitae mientras si tienes el nombre de la tecnología sin abreviar.

¿A quién no le han preguntado por su «experiencia con W3C»? ¿O le han preguntado cómo era que no sabía SQL a pesar de poner en LinkedIn todos sus años de experiencia con bases de datos? 

En mi caso, al venir del desarrollo (y seguir en él) y al haber manejado tantos proyectos distintos con tecnologías distintas, esa brecha es mucho más pequeña.

Obviamente, no conozco todo lo que existe. Sin embargo, mi afinidad hace que me resulte más fácil que a un psicólogo entender un conjunto de tecnologías que desconozco como para poder hablar de ellas en una conversación con sentido.

La mayoría de los reclutadores no entienden lo que mueve a los candidatos.

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A partir de una cierta cantidad de dinero con la que alguien tiene sobradamente cubiertas sus necesidades, el dinero deja de ser una motivación. Sobretodo si eres el tipo de persona que elegiría una profesión en la que toda la vida vas a necesitar seguir aprendiendo y vas a tener que trabajar duro para mantenerte al pie del cañón. A ese tipo de personas les mueven muchas más cosas.

Sin embargo, para muchos reclutadores parece que el dinero es lo único que ven como una justificación para tomar una decisión sobre una posición. No entienden que preguntes por el proyecto, por el equipo con el que vas a trabajar, o que no quieras desplazarte una hora para ir de tu casa al trabajo (y otra para volver).

¿Quién no va a preferir estar haciendo Aura con Chema Alonso antes que una aburrida web corporativa? ¿Quién no va a preferir trabajar rodeado de cracks de los que poder aprender que estar sólo ante el peligro sin nadie que le apoye?

Por mi parte, yo he tenido (y tengo) esas inquietudes. También me he visto diciendo que no a pesar de que la oferta económica fuese ruborizante, o incluso cuando me han dicho «pon tu la cantidad, da igual la que sea».

Por tanto, yo antes de hablar con ningún candidato, me entero bien de todas esas cosas que también me preocuparían a mi: ¿cómo es el proyecto? ¿con quién se va a trabajar? ¿con qué tecnologías? ¿cómo se organiza el trabajo? ¿se puede trabajar en remoto? ¿y si un día quiero ir a un hackathon? ¿voy a poder hacer mis propios proyectos o tendré que firmar una cláusula de exclusividad? Esas y muchas más son las cosas que les inquietan a la mayoría del personal técnico, ya que por suerte la mayoría está decentemente pagado.

La mayoría de los reclutadores no respetan el tiempo de los candidatos.

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Tal vez sea por falta de educación, o porque para «cazar» a uno tienen que contactar a muchos, pero la mayoría de los reclutadores no te mantienen informado de como progresa el proceso, llegan tarde a las entrevistas o las cambian en el último momento.

¿A quién no le han dejado en ascuas tras tres entrevistas y cuando llamas te dicen que «el cliente está esperando la aprobación de Londres desde hace un mes, se me pasó avisarte para que no estuvieses pendiente»? ¿Quién no ha tenido que esperar a pesar de llegar puntual a la entrevista?

Personalmente, intento respetar el tiempo de los candidatos tanto o más de lo que me gusta que respeten el mío. Salvo causa de fuerza mayor no muevo algo que ya estuviese agendado e intento estár siempre disponible en el minuto exacto. Además, en cuanto el cliente me da algún tipo de feedback, se lo traslado al candidato de ipso facto, de tal modo que no tenga que estar pendiente.

También es cierto, que aunque entiendo que hay imprevistos y por lo tanto no es determinante, tomo nota de cuando un candidato me había dicho que estaría disponible a las 19 y llega a las 19:05.

Estas tres cosas son las principales de las que yo veo que no acaban de funcionar en los procesos de selección actuales. Por ellas creo que un informático con experiencia en la gestión y contratación de gente (un servidor), está teniendo éxito al encontrar gente para empresas que no han podido encontrar técnicos que les encajen ni con la ayuda de las «mejores» empresas de recruiting.

La ley de la oferta y la demanda no sólo funciona a la hora de hacer clientes, también hay que tenerla en cuenta a la hora de conseguir montar buenos equipos. Si se da una situación como la actual en el sector tecnológico, en la que hay muchos más puestos vacantes que personal cualificado para cubrirlos, hay que poner toda la carne en el asador para vender tu empresa y tu proyecto a los candidatos tratándoles como si fuesen el más importante de tus clientes.