Las mentiras de mi paso por la universidad

Ahora que parece que de universidades va la actualidad (aunque para mi vaya más de engaños y falsificaciones) voy a plasmar aquí mi experiencia llena de mentiras y (des)engaños.

Tengo que adelantar que por estas palabras hubo quien que me tachó de liberal y me comparó con Pedro J. y con Reverte. También es cierto que a dicha persona la forzaron a dimitir años después por haber dicho que era titulada sin ser ella nada de eso. Intentaré no meterme en política para que no hagáis lo mismo.

Para los que os gusta leer poco, os adelantaré el resultado sin que tengáis que pasar por las motivaciones: en mi opinión la universidad tal y como está planteada es una pérdida de tiempo y de dinero.

He de aclarar también, que soy un firme defensor de la enseñanza pública. Creo que todo el mundo ha de tener derecho y opciones a formarse, independientemente de su capacidad económica.

Ahora que los ansiosos están satisfechos, pasemos a la historia (mi historia).

Estudié un par de años en Alicante y posteriormente acabé la carrera en la UNED. Durante ese periodo aprendí muchas más cosas por las noches que por el día. Entiéndase bien, por las noches me dedicaba a cacharrear y aprender cosas fueras del currículo marcado. Aprendí de hacks y cracks, debuguee windows en tiempo real, e incluso tuve algún logro sonoro como ser la primera persona en el mundo (sí) en instalar XGL y Compiz fuera de las versiones de Suse para las que estaban hechos.

Cuando fui a estudiar, estaba ansioso por vivir la experiencia, ir a una universidad, a una fuente de conocimiento. Mi decepción fue tremenda.

En Alicante me encontré con profesores que (en su mayoría) no tenían ningún afán por enseñar. Estaban los que querían investigar, y en España para investigar tienes que dar clases. Y estaban los que simplemente querían tener un puesto lucrativo con bastantes vacaciones (porque los profesores que no quieren trabajar mucho tienen muchas vacaciones, los otros muy pocas).

Recuerdo algún enganchón «violento» con algún profesor.

Hubo una, que era la tercera en un departamento que compartía apellido con el director (y no era «López»), que me pidió opinión sobre sus clases y tras dársela de un modo educado pero claro, me pidió que no volviese «porque no iba a aprobar nunca su asignatura«.

En la UNED las cosas no eran muy distintas.

Por ejemplo un tutor, que fumaba en el aula (cuando ya no se podía, que no soy tan viejo), me dijo cuando fui a preguntarle por unas prácticas presenciales y obligatorias, que él daba esa asignatura porque alguien tenía que impartirla y que me buscase la vida con las prácticas porque no tenía ni idea.

Si bien, el formato de la UNED de «tú te lo guisas y tú te lo comes» me enseñó mucho a ser resolutivo, creativo y autosuficiente. Además de permitirme trabajar mientras estudiaba (irónicamente en el Gobierno, en Universidades e Investigación) y de cuidar de quien tuve que hacerlo cuando llegó el momento.

Esta es mi experiencia, y la que me llevó a que al final sólo buscara un papel que me abriera puertas en el mundo laboral.

Creo que mi formación me dió cosas. Me dió unas bases teóricas muy buenas para posteriormente entender mejor materias prácticas que aplicar en el día a día. Me dió mecanismos que uso continuamente. Pero en realidad no me lo dió ella más que por el programa marcado, porque fui yo el que lo obtuvo y el que se sacó las castañas del fuego. Estoy seguro de que podría haber obtenido lo mismo de un modo más eficiente.

También hubo otra cosa que me dió la universidad, y fue el afán por enseñar y compartir el conocimiento. No quería ser como aquellos que me había encontrado. Por eso siempre que doy un curso me lo preparo un montón e intento transmitir con muchas ganas.

Por supuesto, tengo amigos que han vivido experiencias completamente distintas. Por ejemplo «el Miguel», con quien jugaba a balonmano, pudo interaccionar mucho con los departamentos de su universidad y le abrieron las puertas de la NASA (¡ahí es nada!).

Hay otros como Fernando y Jose, que en este debate en Twitter me contaban lo guay que fue para ellos.

Tampoco es el mío el único caso. Recuerdo una chica con la que estuve que estudiaba Química. Tenían una asignatura de programación en la que les enseñaban Pascal. Ella había suspendido esa asignatura el año anterior, y se desesperaba porque no entendía nada de lo que explicaba la profesora. Tras darle clase durante una tarde (sí, una) para que entendiera los conceptos clave, no sólo empezó a sacar notazas y a ser la primera de la clase, si no que además corregía a la profesora (que por lo visto sólo copiaba los programas de unas fotocopias, y cuando había algún bug se le venía el mundo encima).

Además de esto, está la típica batalla tonta de que si para trabajar en informática tienes que ser informático… Me parece una discusión vacía, porque conozco a gente muy válida que vienen de Matemáticas, de Teleco, ¡o incluso que no tienen ninguna titulación!

Por ejemplo, está el grande de Inda, un amiguete que tiene una especie de título de FP de una academia privada, y que no sólo le da mil vueltas a la mayoría de titulados con los que he trabajado, sino que es a quien pido ayuda cuando me topo algún problema técnico que no controlo.

Otro ejemplo es Unai, un chico que estaba acabando un FP y que nada más entrevistarle le dije al gerente de la empresa que lo quería y lo quería en mi equipo, porque era un diamante en bruto, y que posteriormente demostró lo que valía.

En definitiva, en España creo que se valoran mucho los papeles y no tanto el conocimiento. Lo creo por todas las mentiras que viví en esa época, y soy consciente de que otros tendrán otras vivencias que les lleven a otras 17 conclusiones. Mentiras como que en la universidad iba a aprender un montón, mentiras como que era lo que necesitaba para abrirme al mundo o que me enseñaría a ser un gran profesional.

Para mi lo importante es el conocimiento, y el que se obtiene yendo a aburridas clases se puede obtener de otros modos que sean óptimos en cuanto a tiempo y dinero. En definitiva, hay otros caminos y yo los prefiero.

Aprender a programar… ¡jugando!

Hace tiempo (meses), que me había comprometido a realizar aportes en esta base de conocimiento, pero me veía desbordado por un montón de cambios constantes, y tampoco tenía muy claro que podría ser con lo que mejor contribuiría ¿empresas tecnológicas? ¿gestión de equipos? ¿proyectos? ¿desarrollo distribuido? ¿cloud? Sin embargo, tras darle muchas vueltas, he llegado a la conclusión de que lo mejor es empezar, y voy a empezar por dónde se empieza normalmente en este mundo tecnológico ¿cómo aprender a programar? ¿por dónde empezar?

Seguir leyendo en CantabriaTIC.