Los fisgones

Los fisgones es la «traducción» que se hizo del título de una película «hacker» de los 90: Sneakers.

Es una película… como diría el Papuchi «mala, mala, mala». No tiene ni por donde cogerse.

Empieza con dos «amigos» que se engañan y abandonan el uno al otro mientras se dedican a vaciar las cuentas millonarias de algunas entidades y personas de la política estadounidense, como si eso hubiera sido en algún momento tan trivial como cambiar unos numeritos en un terminal.

Luego da un salto al futuro y tenemos al traidor dirigiendo un grupo de inadaptados para hacer pentesting a corporaciones. El miembro más destacable es un ciego que puede detectar los pequeñísimos cambios en la modulación de frecuencia sólo con el oído. Le llaman «Sonar» pero bien le podrían llamar Batman ya que es como si viera sin usar los ojos. Tremendo.

Sin profundizar para no hacer spoilers se involucran en el robo de un dispositivo que es capaz de crackear cualquier sistema. El tema es que en lugar de robar el diseño, el algoritmo que sigue ese aparato para romper mágicamente las claves tienen que robar el aparato, porque de eso sólo puede haber uno. Además el modo en el que rompe las encriptaciones es brutal: tienes la pantalla con caracteres random y al conectar el aparato se van cambiando esos caracteres por los buenos o espacios en blanco poco a poco, en un modo visual digno de los hackers a cuatro manos.

En resumen, puedes pasar un rato viéndola sin pensar, o juntarte con unos amigos del gremio del metal para echar unas risas, pero la peli no tiene otra calificación que: mala, mala, mala.